Wednesday, August 27

Sickness.

Vomité la sangre que guardaba en mis entrañas y dejé que ese sudor caliente me devorara hasta el fin. Y, aún así, apenas creí atisbar el significado de enfermedad, de guardar cama y de cuarentena.

Por supuesto, había creído que aquellas pastillas milagrosas, blancas inmaculadas todas ellas, iban a poner de su parte todo lo que ni el propio dueño del cuerpo quería o podía poner. 


Monday, August 4

Draft.

Apenas un suspiro de, sí, tiempo y, sin embargo, mi cabeza parecía alejada a cientos de kilómetros de distancia. Me desvanecí en el aire en aquel momento, aunque supongo que era debido al ambiente caluroso y a mis pocas predisposiciones a hacer ejercicios de socialización ni de sociedad. Mientras tanto, continuaste de actor en aquella farsa hasta que, por fin, te encontré esperándome en silencio al otro lado de la verja. Te distinguí desde la ventana. Te miré y bajé al jardín a saludarte. –Curiosa acción en un piso no demasiado céntrico de la ciudad–. Pero bajé y te saludé en aquel jardín.

Lo llamo, y lo llamábamos jardín, aún a sabiendas de que nada había crecido nunca allí. Apenas unos hierbajos y poca cosa más. Pero no íbamos por ello a calificar al jardín -tan noble como otro cualquiera- de terraza o descampado.

Supongo que debería haberte besado. Ahí, cada uno en su lado de la verja. Aunque hubiera sido demasiado cursi. Algo totalmente alejado a nuestro sentir y a nuestras teorías del amor. Apenas un suspiro de, sí, otra vez, tiempo y tuve que marcharme a cenar, sabiendo que, a la vuelta, no te encontraría allí.