Tuesday, January 22

Ispahán, la mitad del mundo.


Supongo que, en algún momento del camino entre Arbela e Ispahán, me perdí y creo que jamás volví a encontrarme.

Habiendo salido de la que podría ser la ciudad más antigua del mundo y, sin haber llegado aún donde la muerte, según Cocteau, iba a dar conmigo, decidí que, tarde o temprano, aquella situación debería terminar y que, para bien o para mal, prefería que fuera en Susa que en Ispahán.

Una vez más, mis pasos me alejaron del bazar, de los venenos de Bagoas y las continuas huidas de Darío por las ciudades de Media. En Susa, descubrí el significado de antigüedad y dejé de lado mis deseos de elusión. Tres lunas después, decidí que no debía demorarme más e ir al encuentro que Cocteau había preparado para mí en Ispahán.

Un tiempo después, moribundo tras cruzar los vastos terrenos de la Media, alcancé Ispahán, donde, entre sus jardines, di contigo. Tu sonrisa, impaciente, me indicó que no tenía nada que temer. Entonces, creí entender que toda aquella eternidad que envolvía a las tres ciudades no era más que un suspiro y yo, un leal siervo del tiempo.

Supongo que Cocteau estaría orgulloso. Yo, por lo menos, al mirarte a los ojos, supe que todo tenía sentido y que no me había equivocado. Que, si el palacio de Ctesifonte había cedido ante el polvo, la arena y el tiempo, también lo haría el puente de Ispahán y, por supuesto, yo no iba a ser una excepción.

Just some reasons...

3 comments:

Anonymous said...

Hermoso relato, evocador cuando menos, que es casi capaz de llevarnos etereamente hasta dichos lugares.

Un fuerte abrazo desde el Otro Lado

distante.espejo said...

no sé qué decirte, no me gusta a partir del tercer párrafo, pero no es que no me guste en sí, sino que creo que deberías haberlo alargado un poco más y dejar las cosas más fluidas. eso le daría mucha más fuerza, no sé, tengo esa sensación. está bien, pero falla eso, eso hace que no me guste.

por cierto, hablando de cuentos, tienes que leer ahí pero dónde, cómo. está en el libro de cuentos II de Cortázar y en él, en el libro de Octaedro...

te dejo, tengo que darle cuerda a la lógica de predicados. llámame si puedes a eso de las tres y te comento qué me parece. sigue dándole cuerda y verás como tendrán más gancho!
un abrazo!

Unknown said...

Te sigo leyendo, siempre...

lamentablemente no conozco el cuento de Cocteau del que sale, por lo que para mi queda muy en el aire y muy misterioso