Monday, November 5

-¿Qué dices? -Nada

Dije que sería la última vez y, sin lugar a dudas, me equivoqué. Una y otra vez caí y volví a caer en su asquerosamente atractiva trampa. Ni yo soy tú ni tú eres yo. Esa fue la más cierta de todas las frases que dije aquel día.

Todo lo demás se quedó en mentira, en balde o, incluso, en nada. Nada valían aquellas palabras de amargura, nada valían las palabras bonitas. Carecían totalmente de sentido todas y cada una de mis demás explicaciones, causas y quejas. Más hubiera valido que yo también hubiera callado. Poco o nada podía yo hacer negándome a aceptar el silencio existente.

¿De qué sirve gritarle a un sordo?
Nada valen las palabras que no dicen nada.

3 comments:

distante.espejo said...

¿qué sucede?,
¿qué pasó?
no entendí.

Paz said...

a veces sitven para que quede bonito.

Pero tienes razón, algo bonito y vacío carece de sentido

Anonymous said...

Te entiendo perfectamente.... a mi me acaba de pasar lo mismo hace una hora...

Es horrible... por más que te expliques un sordo no entiende, y sólo le parecen quejas o que estas enfadada, nada más...

Y aún peor es es "lo siento" sólo para que ya se arregle la situación porque a él le interesa que estes bien con él....a saber porque será...